9.15.2006

Textos Viejos I

Agustín entró agitado a la casa y cerró la puerta con tal fuerza que el estruendo llegó a oídos de su hermana, Micaela, que se terminaba de cambiar. Ella, entonces, bajó las escaleras hasta el descanso del entrepiso donde pudo apreciar la cara de consternación que tenía agustín.
-¿Qué pasó? - le preguntó mientras seguía bajando lentamente.
No recibió ninguna respuesta y aceleró su paso hasta llegar a estar de frente a su hermano.
-¿Qué pasó? - repitió. Y, a medida que la cara de Agustín se deformaba por la angustia, lágrimas comenzaban a brotar de sus ojos.
Ella dulcemente posó sus dos manos sobre sus mejillas y con voz más dulce le volvió a preguntar
-¿Qué pasó?
-Creo que lo mate - respondió por fin entre sollozos
Su hermana mayor, sin inmutarse, lo abrazó y así permanecieron por varios minutos.

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